Por San Xoán de Padrón
Por A Proba de Burón
El Camino Primitivo es la primera ruta de peregrinación, la más antigua. Enlaza Oviedo con Santiago de Compostela y discurre en buena parte por trazados de calzadas romanas. El primer rey peregrino fue precisamente el monarca astur-galaico Alfonso II el Casto, quien, en el primer tercio del siglo IX, quiso viajar a Santiago para confirmar que los restos que acababan de aparecer en Compostela eran realmente los del apóstol.
La devoción del rey por la causa jacobea —se había criado en el monasterio lucense de Samos y era seguidor del Beato de Liébana— fue decisiva para cimentar el nuevo culto. Alfonso II mandaría construir, en la naciente urbe, la primera iglesia. Además, concedió diversas donaciones y promovió el establecimiento de la primera comunidad monástica destinada a atender las demandas del culto en el altar de Santiago, el monasterio de Antealtares.